Vice «soft» vs. «político», el debate PRO que apunta al Senado
La interna PRO por el perfil que debería tener el vicepresidente de Mauricio Macri ya está desatada en la jefatura de Gobierno porteña. Un/a vice «soft» vs. un vice político son las dos tendencias que se enfrentan en el macrismo, especulando con un eventual Gobierno nacional que deba negociar leyes en minoría a partir del año próximo en la Cámara alta.
Con apenas tres senadores nacionales en el recinto, Gabriela Michetti, Diego Santilli y Alfredo de Angeli, un eventual triunfo de Macri en las elecciones presidenciales dejará de cualquier forma al PRO en minoría. Sobre un total de 72 bancas, se renuevan 24, un tercio. De ellas, 15 pertenecen a la oposición (UCR, Peronismo disidente y Frente Amplio Progresista), y 9 al kirchnerismo o aliados del oficialismo.
«¿Quién se va a sentar el próximo año con Miguel Pichetto o el jefe de bancada del kirchnerismo para negociar las leyes? ¿Margarita Barrientos, Anita Martínez?», se preguntan en la mesa chica de Bolívar 1. Las dudas responden a la división que existe en el seno del PRO de cara a la definición del compañero/a de fórmula de Macri.
De acuerdo con el cronograma electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mañana comienza formalmente la campaña para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del 26 de abril. La senadora Michetti, que cruzó a Horacio Rodríguez Larreta por presunto uso de fondos públicos para la campaña, podría seguir una conducta ejemplar y pedir licencia para dedicarse a tareas proselitistas. Un sacrificio que traería alivio a la bancada kirchnerista de Pichetto que el próximo 8 de abril votará el pliego de Roberto Carlés para cubrir una vacante en la Corte Suprema de Justicia.
Otra opción para Michetti es renunciar a la banca para que asuma su suplente, Marta Varela, exlegisladora porteña del extinto Recrear que ahora ocupa un cargo de directora en el Banco Ciudad. Michetti deberá conversar esas posibilidades con su actual jefe, Macri, para colaborar orgánicamente con el PRO y con sus aliados en el recinto, el puñado de radicales que todavía responden de manera endeble a Ernesto Sanz.
En ese contexto, la entente Marcos Peña-Jaime Durán Barba insisten con el mantra «mujer del interior, joven o de mediana edad que humanice a Macri». Tampoco tiene demasiadas ideas: insisten con Margarita Barrientos, del comedor Los Piletones, o con la santafesina Anita Martínez. Incluso en las segundas y terceras líneas de la dirigencia del PRO creen erróneamente que se trata de la actriz cómica. Pero no.
Del otro lado, la armada política del macrismo, encabezada por el titular del partido a nivel nacional, Humberto Schiavoni, y por el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, reclaman una figura con algo de cintura política. Miran al Senado y buscan un perfil negociador con experiencia política. Para Monzó, la figura ideal sería el peronista Carlos Reutemann. Pero el senador santafesino siempre ve algo que no le gusta que nadie más ve, más allá de su razonable fatiga para encarar las presiones que conlleva la jefatura del Senado, con el PRO en minoría, a esta altura de su vida. En esa lista también figura otro peronista, Santilli. Y el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, quien a partir de su apellido asociado al desarrollismo, dicen, podría «desderechizar» a Macri y aportarle un perfil aún más progresista.