Varios

Tensión Julián-Aníbal, con mediación de Scioli

La mediación de Daniel Scioli no parece alcanzar para, al menos, entibiar la interna del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires. Aníbal Fernández declaró ayer que no tendría en cuenta a Julián Domínguez, su adversario de cara a la primaria abierta de agosto, en caso de acceder a la gobernación bonaerense. Fernando Espinoza, intendente de La Matanza y compañero de fórmula de Domínguez, redobló la apuesta: «Con Aníbal gobernador, pierde Scioli a presidente».

La tensión JuliánAníbal obligó ayer a la ministra de Gobierno bonaerense y precandidata a diputada nacional, Cristina Álvarez Rodríguez, a buscar una salida salomónica, al menos dentro de los límites de la provincia de Buenos Aires: los dos postulantes a la gobernación «son precandidatos de Daniel Scioli». Formalmente, así es. En rigor político, Scioli no logró atornillar a ninguno de sus precandidatos a una postulación consumada.

Ni Martín Insaurralde, Diego Bossio, Santiago Montoya o Sergio Berni, todos autodefinidos candidatos de Scioli, lograron abotonarse el traje de candidatos a la gobernación. Lo más parecido a un candidato propio, homologado por la Casa Rosada, es Espinoza, el candidato a vice de Domínguez.

A la creciente presión de los intendentes peronistas del conurbano contra Martín Sabbatella, ahora se suma otro cuerpo colegiado con apoyo político de la Santa Sede. La Conferencia Episcopal Argentina también ya dejó trascender su veto a Sabbatella, el líder de Nuevo Encuentro que promovió en tiempos de diputado nacional, un proyecto para despenalizar el aborto y autorizar la interrupción de embarazos hasta la 12 semana de gestación. Sabbatella, titular del AFSCA, vuelve a operar como un ancla política para Fernández quien mantiene una línea directa de diálogo con los obispos, a quienes salió a fulminar esta semana a partir de la difusión de cifras de la Universidad Católica Argentina que revelarían un aumento en los índices de pobreza.

Sabbatella ya no sólo es un ahuyentador de intendentes peronistas, a partir de su incursión en la provincia de Buenos Aires en 2009 como la punta de lanza de la transversalidad de Néstor Kirchner para contener, a través de listas colectoras, la expansión del PJ en ese distrito. Ahora suma la resistencia del Episcopado argentino con aval del Vaticano. Tampoco Cristina de Kirchner apoya la interrupción voluntaria del embarazo, liderazgo que bloqueó el avance de cualquier iniciativa en ese sentido en el Congreso. Para colmo, en La Plata, la resistencia a la pre-candidatura de Sabbatella la lidera el Arzobispo Héctor Aguer, uno de los exponentes más conservadores en cuanto a dogmas del catolicismo.

Scioli tampoco avala el aborto. Hace tres semanas asistió acompañado por Domínguez a la Semana Social del Episcopado en Mar del Plata. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación también es un hombre de la Iglesia Católica y se llamó a silencio. Mantiene, a pedido del Gobierno nacional, el pacto de no agresión que Fernández comienza a transgredir tácitamente. Ayer repitió que «hay un personaje» que presiona para que los intendetes peronistas escondan su boleta en las PASO del próximo 9 de agosto.

«En el Frente para la Victoria tenemos dos precandidatos; los dos son precandidatos de Daniel Scioli», aseveró ayer la ministra sciolista Álvarez Rodríguez. El incidente JuliánAníbal ya comienza a traspasar los límites de la provincia de Buenos Aires

y se proyecta sobre la elección presidencial. La idea primigenia de la Presidente era presentar al Frente para la Victoria con fórmula única a la gobernación. La rebeldía de Florencio Randazzo frustró ese plan y ahora el PRO de Mauricio Macri se ilusiona con convertir a María Eugenia Vidal en la candidata a gobernadora más votada en las PASO. Sergio Massa, quien reorientó su campaña en base a propuestas concretas de gobierno en cada área, también implementó un cambio de estrategia. Saldrá a polarizar, vía Felipe Solá, con Aníbal Fernández, a quien ya le dedicaron un spot vinculado al aumento del consumo de drogas, otra problemática que desvela al Episcopado.

El domingo, en la segunda vuelta electoral, se definirá al nuevo jefe de Gobierno porteño. A partir del lunes, y hasta las PASO nacionales del 9 de agosto, la interna kirchnerista en la provincia de Buenos Aires quedará aún más expuesta y a merced de competidores del FpV como Macri y Massa. Sólo Cristina de Kirchner tiene la llave para unificar y/o pacificar la tropa detrás de un solo candidato.