Macri juró en Congreso y ordenó activar bicameral de los DNU

Mauricio Macri juró ayer ante la Asamblea Legislativa como nuevo Presidente de la Nación y, en un discurso de poco más 20 minutos, expresó su «total apoyo a la Justicia independiente». Sin anuncios sobre medidas de Gobierno, el jefe de Estado se diferenció de Cristina de Kirchner tanto en las formas como en el fondo de su discurso: cumplió el protocolo, llegó puntual al Congreso, ofreció un discurso exprés, anunció que se terminaba una etapa de confrontación y prometió ser implacable con la corrupción.
Ni radical ni peronista, Macri se convirtió en el octavo presidente desde el regreso de la democracia. En su discurso, no mencionó ni a Juan Domingo Perón ni a Raúl Alfonsín. Sólo reivindicó la figura de Arturo Frondizi. En el recinto, donde la totalidad de los diputados y senadores nacionales debía reunirse para presenciar la jura de Macri, hubo bancas vacías. El bloque FpV de Diputados, a cargo de Héctor Recalde, se ausentó casi en su totalidad. No así los senadores kirchneristas, que tuvieron a su jefe, Miguel Pichetto, que poblaron sus asientos.

Apenas inició su discurso, después de jurar por «Dios y los Santos Evangelios», Macri anunció los tres pilares de su futura gestión: pobreza cero, lucha contra la corrupción y unidad nacional. El voltaje político subió cuando definió cuál será la relación de Cambiemos con el Poder Judicial: «Quiero aprovechar este mensaje inaugural para expresar también mi total apoyo a la Justicia independiente. En estos años fue un baluarte de la democracia e impidió que el país cayera en un autoritarismo irreversible. En nuestro Gobierno no habrá jueces macristas. No existe justicia ni democracia sin Justicia independiente, pero hay que acompañar a la Justicia en un proceso en el que se limpie de vicios políticos. No puede haber jueces militantes de ningún partido».

Con la ausencia de Cristina de Kirchner ya consumada en la ceremonia de jura presidencial en el Congreso, los palcos lucieron tranquilos y sin incidentes ni griterío de barras. «Podemos pensar de distinta forma, pero la ley debe ser respetada. Una cosa es tener distintas visiones, ideas y propuestas; otra, avasallar las instituciones con proyectos personalistas o hacer uso del poder en beneficio propio. Ahí no hay una cuestión de opiniones diversas: se trata de la transgresión de la ley. El autoritarismo no es una idea distinta, es el intento de limitar la libertad de las ideas y de las personas», fue la arenga del Presidente que, tácitamente, iba dirigida a la expresidente Kirchner.

No hubo anuncios sobre medidas de Gobierno ni leyes que el Poder Ejecutivo Nacional enviará al Congreso. La única novedad la ofreció el jefe de Gabinete, Marcos Peña, al comunicar que no habría convocatoria a sesiones extraordinarias durante el verano. Las Cámaras, entonces, recién volverían a funcionar el 1 de marzo del año próximo, cuando Macri regrese al Congreso para decretar la apertura del período ordinario de sesiones 2016. El «no anuncio» tiene, sin embargo, implicancias. Cualquier medida de gobierno que adopte Macri hasta marzo debería ser a través de un decreto. En ese campo también trabaja el nuevo oficialismo. La comisión bicameral encargada de dictaminar sobre los DNU presidenciales pasará a ser presidida por el jurista Pablo Tonelli. El economista del Banco Ciudad Luciano Laspina, profesional que tiene el respaldo político del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ocupará la presidencia de Presupuesto y Hacienda en Diputados; Asuntos Constitucionales estará también a cargo de Tonelli.

Sergio Massa, el artífice del quórum en el futuro Congreso, siguió atento el discurso de Macri y hasta le ofrendó aplausos en algunos pasajes vinculados a la defensa de la educación pública y a la lucha contra la corrupción. El líder del Frente Renovador destacó la «convocatoria a la unidad nacional» y aseguró que «hay que arremangarse porque viene un desafío muy fuerte». Hoy, Macri recibirá a Massa en Casa Rosada y le presentará un proyecto para «sancionar leyes de extinción de dominio para que el Estado se apropie de los bienes de los corruptos».

Gerónimo «Momo» Venegas -presidente nacional del Partido Fe- también acompañó a Macri y ocupó un palco junto a Hugo Moyano y Julio Piumato. Los claros en las bancas contrastaron con las presencias de invitados en los estrados laterales y en los palcos, donde se vieron a presidentes extranjeros, ministros de la Corte Suprema, futuros funcionarios, gobernadores, gremialistas y eclesiásticos, entre otros. Dilma Rousseff (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), Michelle Bachelet (Chile), Tabaré Vázquez (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Horacio Cartés (Paraguay) y Juan Manuel Santos (Colombia), fueron los presidentes que asistieron al Congreso; además del rey emérito Juan Carlos, de España.

Los tres integrantes de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti -presidente-, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco, hicieron lo propio. Entre los ex presidentes, estuvieron el radical Fernando De la Rúa y los peronistas Ramón Puerta y Eduardo Duhalde. En tanto que el ex gobernador bonaerense y competidor de Macri en la última etapa de la disputa presidencial, Daniel Scioli, también asistió a la jura.

Por el lado de los gobernadores, lo hicieron el socialista Miguel Lifschitz (Santa Fe), los radicales Ricardo Colombi (Corrientes), Gerardo Morales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza), los macristas María Eugenia Vidal (Buenos Aires) y Horacio Rodríguez Larreta (Capital Federal). Por el Frente para la Victoria-PJ asistieron Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Juan Manuel Urtubey (Salta), Sergio Casas (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa), Juan Manzur (Tucumán) y Claudia Ledesma (Santiago del Estero).

Faltaron, en cambio, la otra mitad de mandatarios provinciales: los de Chaco, Misiones, San Juan, Catamarca, Santa Cruz, Río Negro, Córdoba, San Luis, La Pampa, Neuquén, Chubut y Entre Ríos, algunos porque juraban en la jornada de hoy y otros por decisión política.

Por la Iglesia, monseñor José María Arancedo ocupó uno de los palcos; mientras que el ex senador radical y socio político de Macri en su llegada a la presidencia, Ernesto Sanz, siguió la jura desde una ubicación privilegiada dentro del recinto. Estuvo presente la totalidad del gabinete nacional.