Urtubey y Espinoza, el lado A y B del 17 de Octubre
Juan Manuel Urtubey y Fernando Espinoza expusieron con crudeza en el Día de la Lealtad la fractura que padece el peronismo post kirchnerista. El gobernador de Salta reivindicó la doctrina de Juan Domingo Perón con una exhortación tácita dirigida a Cristina de Kirchner: “Lealtad es no mentir, es no robar, es trabajar para los humildes”. El ex intendente de La Matanza y presidente del PJ bonaerense optó por otro tipo de metáfora, esta vez, no dirigida al peronismo de base sino a Mauricio Macri: “Con este gobierno de la derecha argentina, no tenemos diferencias antojadizas. Ellos gobiernan para los ricos y nosotros siempre trabajamos para la Felicidad del Pueblo”.
El gobernador de Salta emerge como candidato a liderar el peronismo post Cristina de Kirchner. Y también tiene aspiraciones presidenciales. Representa un peronismo colaboracionista y de perfil constructivo ante la Casa Rosada. Ahora alejado de cualquier expresión proto kirchnerista, como Daniel Scioli o el Grupo Fénix de intendentes del conurbano, Urtubey celebró el Día de la Lealtad con un almuerzo de camaradería acompañado por el senador nacional, Dalmacio Mera, Mauro Urribarri, ministro de gobierno de Entre Ríos; los diputados nacionales Estanislao Picado (Bs.As.), Espartaco Marin (La Pampa) German Fellner y Juan Cardozo (Jujuy); los diputados provinciales de Catamarca Macarena Herrera y Jose Luis Martinez; el intendente de Riglos, Federico Ortiz; Federico Achaval, concejal de Pilar; Johnatan Fattroni, concejal de Luján; el subsecretario de Empleo de la provincia de Chaco, Marcos Vigneau y los cordobeses Gaston Acastello (JP), Pablo Beron, secretario del gremio de los judiciales; Daniel Gorgetti, presidente de Innovación Peronista de la capital de Córdoba.
Espinoza también se quedó en su distrito y, desde La Matanza, enfocó la energía peronista para embestir contra Macri. La Casa Rosada y la intendenta matancera, Verónica Magario, vienen de chocar por el control de la Federación Argentina de Municipios (FAM). El gobierno nacional proponía un triunvirato rechazado por el PJ que impuso su mayoría y consagró a Magario pese al veto explícito de María Eugenia Vidal. “Es la historia de una gran mentira; una tremenda estafa electoral en manos de un círculo de poder con quien tenemos una profunda controversia filosófica. Nosotros creemos que en la base de cualquier modelo político debe cimentarse una visión humanista, trascendente y solidaria de la organización social. Ellos, en cambio, creen en la superioridad del individuo y en el mercado como ordenador de la política”, dijo Espinoza.