Economía

Ganancias: Gobierno, dispuesto a más cambios

Mauricio Macri se enfrentará mañana en Diputados al test final de su primer año de gobierno. El Poder Ejecutivo Nacional debe resolver el dilema del Impuesto a las Ganancias: modificar su dictamen de mayoría para sumar votos del panperonismo o, en su defecto, exponerse a un costo político mayor y perder ante la fusión navideña del Frente Renovador de Sergio Massa y el kirchnerista Frente para la Victoria de Héctor Recalde en el Congreso.

Anoche se estudiaba la posibilidad de elevar la suba del 15% del mínimo no imponible para acercar la mejora al 21% de aumento que reclaman Sergio Massa y Diego Bossio. La Casa Rosada no parecía dispuesta a ceder más de eso y apostaba a una tercera vía a través de un ardid parlamentario que se facilita por el próximo fin de semana largo: la ausencia de diputados opositores en el recinto a la hora de la votación.

Axel Kicillof (FpV) se reunió con Marco Lavagna (FR) y Diego Bossio (Bloque Justicialista). El exministro de Economía de Cristina de Kirchner se relamía ante la posibilidad de un acuerdo con el massismo y el justicialismo disidente, alineado con gobernadores del PJ y el sector gremial de Oscar Romero, para voltear el proyecto de Cambiemos. La ilusión duró poco. Massa no lucía dispuesto a votar el proyecto de Ganancias del kirchnerismo, jugada que lo obligaría a levantar la mano junto a Julio De Vido y Máximo Kirchner, entre otros, en el amanecer de la campaña 2017.

El primer dictamen en someterse a votación en la sesión prevista para mañana será el de Cambiemos. Hasta anoche, la Casa Rosada tenía abrochados apenas 100 votos. Para blindar su aprobación, necesitaría un mínimo de 129 sobre un total de 257 bancas. Para facilitar el trabajo del jefe del interbloque Mario Negri (UCR) y de Nicolás Massot (PRO), el oficialismo ensaya otro atajo: aprovechar el próximo fin de semana largo y «ausentar» a unos 17 diputados opositores del recinto para poder aprobar su dictamen con 120 votos. Ya hay algunos nombres en carpeta. En el FpV, Dulce Granados, esposa del intendente de Ezeiza, el peronista más cercano a los oficialismos, en este caso María Eugenia Vidal, ya casi no va a las sesiones. En el bloque de Recalde también se quejan del ausentismo de Juliana Di Tullio. El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, también podría aportar alguna gentileza a la Casa Rosada desde el bloque FpV, al igual que el tucumano Juan Manzur. Ya ocurrió en la votación del Presupuesto 2017, pero en este caso aportaron votos positivos en vez de ausencias.

Ayer, el diputado salteño Pablo Kosiner, del Bloque Justicialista, abrió una ventana de esperanza para Macri. «Seguimos abiertos al diálogo, no nos interesa tensionar por tensionar. Si el Gobierno está dispuesto a hacer modificaciones a su dictamen, estamos dispuestos a acercar posiciones. Lo que no podemos admitir son las palabras de Alfonso Prat Gay, que vino al Congreso y planteó que esto era el máximo esfuerzo», explicó el legislador a esta diario. Kosiner es la longa manu de Juan Manuel Urtubey, uno de los mandatarios peronistas más cercanos a la Casa Rosada y uno de los pocos que apoyó el proyecto de reforma electoral del oficialismo.

La bancada del Bloque Justicialista, que preside Romero, es el principal objetivo de Cambiemos para oxigenarse con votos. Presentó dictamen conjunto con el massismo, pero reunieron menos firmas que el despacho kirchnerista. Además de Urtubey, en ese bloque cohabitan los diputados de otros gobernadores como el riojano Sergio Casas, y el pampeano Carlos Verna.

En ese lote también aparece el bonaerense Diego Bossio, quien oficia casi de representante de Miguel Ángel Pichetto en Diputados. No es una tarea menor. Para que cualquier proyecto de Ganancias prospere en el Senado -en caso de recibir aprobación en la sesión de mañana en Diputados- se necesita el aval de Pichetto, jefe opositor del bloque mayoritario. La Casa Rosada presiona a Bossio vía Pichetto. «Si el proyecto de Massa o del FpV llega al Senado, se va a agravar el déficit fiscal de la Nación, pero también de las provincias. Los gobernadores no se van a poner la soga al cuello. ¿Además, los mandatarios de la Cordillera van a votar un impuesto a las mineras? El bloque FpV terminaría estallado. Van a tener que elegir entre la CGT o los Gobernadores», repite un funcionario de Macri.

Anoche comenzaron, vía WhatsApp, las negociaciones entre los diputados. El Bloque Justicialista de Romero y Bossio ya planteó su pliego de condiciones para modificar el dictamen de Cambiemos y aportar votos. A saber:

• Subir de 15% a 21% el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. El justicialismo disidente rechaza una suba del MNI por debajo del índice de aumentos salariales previsto para 2017 que, según Alberto Abad, será del 17%.

• Movilidad. El Bloque Justicialista aspira a que el MNI no se modifique de manera fija y reclama que se establezca un mecanismo de actualización de acuerdo con metas anuales de inflación previstas en el Presupuesto.

• Aumentar ítems de desgravación. Incluir gastos derivados de embarazos, hijos con discapacidad, guardias médicas y horas extra, un reclamo puntual de la CGT.

Si todos los dictámenes son rechazados, no habrá ley. La oposición no quiere pagar el costo de cara a las elecciones del año próximo. Y Macri tampoco.