Lunes negro de CFK: se resigna ante Randazzo y le pega hasta D’Elía
Lunes negro para Cristina de Kirchner. En Facebook, a través de una carta abierta, se resignó a la candidatura de Florencio Randazzo («Nadie debe renunciar a nada… menos aún a sus apspiraciones futuras). El mismo día, Luis D’Elía, tal vez uno de sus más fieles e incondicionales dirigentes, le advirtió que Unidad Ciudadana perderá la elección legislativa en octubre ante Cambiemos. También en la misma jornada, el juez federal Claudio Bonadio unificó las causas en su contra por presunto encubrimiento y traición a la patria a partir de la denuncia de Alberto Nisman.
El lunes negro de Cristina es, en realidad, la continuación de una campaña errante y del «bullying» político que padece en el pan peronismo. Susana Giménez la rechazó en público y todavía no consigue entrevistador/a en la «corporación» periodística que ella misma denostó durante doce años desde la cima del poder. Su vocero extraoficial no es un peronista. Es el radical Leopoldo Moreau, el excandidato presidencial que en 2003 tocó el piso del radicalismo con un paupérrimo 3,5% de los votos y cinco años más tarde, militó para Julio Cobos, el principal «traidor» del proyecto kirchnerista con su voto no positivo a las retenciones móviles en el Senado.
La «liga» de gobernadores le da la espalda y se sienta a la mesa de Rogelio Frigerio para colaborar con las políticas del Gobierno de Mauricio Macri. Prefieren al jefe del PRO ocho años más en el poder antes que un eventual regreso de Cristina a la presidencial o, en el mejor de los casos, a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Sergio Massa salió este fin de semana espantado ante la invitación del kirchnerista matancero, Fernando Espinoza, para unificar bloques en el Congreso después de octubre.
La expresidente había abandonado el discurso de la «dramatización» económica y el desfile en sus escenarios de las «víctimas» del ajuste ante la falta de resultados electorales en la PASO de agosto. El exiguo triunfo por 20 mil votos sobre Esteban Bullrich la hizo cambiar de estrategia y en su primera reaparición pública en La Plata, volvió a poner en primera fila al club de los vetados, desde Martín Insaurralde hasta Daniel Scioli, pasando por los resbaladizos intendentes del conurbano que habían vaciado una cumbre organizada por Máximo Kirchner antes del cierre de listas.
Ayer, Cristina volvió a pendular en su estrategia de campaña y retomó el discurso del «GRAN» (sic) ajuste. A través de una carta abierta, reclamó el voto útil para Unidad Ciudadana y advirtió a la población sobre los aumentos que prepara el Gobierno de Mauricio Macri en tarifas y precios para después de las legislativas del 22 de octubre. «Creo, sinceramente, que ahora es el momento de Unidad Ciudadana, el mejor instrumento que tenemos HOY para que la voz de la mayoría social y electoral sea también una mayoría política en las instituciones. Nadie debe renunciar a nada. Ni a sus ideas, ni a lo que dijo, ni a lo que hizo, menos aún, a sus aspiraciones futuras. Ganemos juntos ESTA elección y hablemos todos y todas, de TODO. Sin limitaciones y sin reservas», fue parate de la publicación de la candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires.
«Argentina espera que estemos a la altura de nuestra responsabilidad. Ahora el Gobierno debe tener un límite, y solo lo tendrá si ganamos las elecciones de octubre. Sabemos cómo hacerlo y con qué boleta. Solo hay una que nos lo permite. Y no es arrogancia ni soberbia: es la lectura objetiva del resultado electoral del 13 de agosto. Y mañana trabajemos, unidos y unidas, por la construcción de una mejor alternativa política para el futuro. Hago un llamado democrático a favor de una ciudadanía que se ha manifestado mayoritariamente contra el ajuste del Gobierno y para cambiar el rumbo económico», agregó al tiempo que destacó la importancia de ganar «la calle»: «Creo que la alternativa a las políticas de este Gobierno se forja desde la calle, desde las urnas y desde las instituciones».
Fuente: Ámbito Financiero
