Economía

Informe económico Banco Ciudad: volatilidad cambiaria y financiera

En un contexto negativo para las monedas emergentes, la cotización del dólar a nivel local volvió a amplificar los movimientos que mostraron otras divisas de la región, en un marco en el que los precios de los activos argentinos, incluyendo bonos y acciones, se ven afectados por la incertidumbre política y los desafíos que presenta la agenda económica local.

En este sentido, al tiempo que los últimos datos continúan reflejando una progresiva corrección de los desequilibrios fiscal y externo, la evolución que vienen delineando los precios internos pone de manifiesto las dificultades que se observan para reencausar el proceso de desinflación. Situación, esta última, que llevó al gobierno nacional a anunciar recientemente una serie de medidas orientadas a aliviar el impacto de la suba de precios sobre diversos sectores de la población.

En lo que tiene que ver con la evolución de las variables financieras, la volatilidad en el mercado local se vio exacerbada el día jueves, en paralelo con una caída generalizada en las monedas de las economías emergentes, motivada en esta oportunidad por malos datos de crecimiento provenientes de China. En particular, la cotización del dólar mayorista subió el jueves hasta un máximo de $46,90 en la mitad de la jornada, para luego cerrar el día en $44,90, producto del accionar del Banco Central, el cual realizó ventas importantes en el mercado de futuros e imprimió un nuevo incremento en la tasa de política monetaria hasta el 71% (con un incremento diario de 3 puntos porcentuales). Luego, en el último día de la semana, el mercado de cambios se mostró algo más calmo, cerrando el viernes la cotización del dólar en $45,97, exhibiendo una suba de $4 respecto a la semana previa, pero ubicándose $1 por debajo del pico del jueves.

Tanto bonos como acciones replicaron el comportamiento de la divisa. La prima de riesgo país llegó a ubicarse el jueves por arriba de los 1.000 puntos básicos, marcando luego un leve retroceso hasta 965 puntos el día viernes. Por el lado de la bolsa local, el índice S&P Merval se recuperó parcialmente un 1,4% el viernes, aunque acumulando una baja de 6,4% en la semana.

Con la mirada puesta en las fluctuaciones del tipo de cambio, ya la semana anterior, el BCRA había incorporado nuevos cambios en el esquema cambiario, anunciando el congelamiento del techo de la zona de no intervención (ZNI) en $51,45 hasta finales de año. La medida apuntaba a acotar la variación que pudiera tener el tipo de cambio, considerando un lapso de varios meses, en niveles inferiores al rendimiento que podrían arrojar las inversiones en pesos (como depósitos a plazo fijo o LECAP), como forma de desincentivar eventuales cambios de portafolio en favor del dólar. No obstante ello, en períodos cortos de tiempo, la variación potencial de la paridad cambiaria hasta el límite superior de la ZNI aún resulta elevada, permitiendo fluctuaciones de corto plazo en la cotización, tal como las experimentadas esta semana.

En lo que tiene que ver con las variables económicas, el lunes se conocieron los datos fiscales del mes de marzo, los cuales siguen reflejando los avances en el proceso de consolidación de las cuentas públicas, con una caída del déficit primario de 11,3% interanual (hasta $13.037 millones), que resultó en una contracción en términos reales de 42,7%. Con estas cifras, el primer cuarto del año concluyó con un superávit de $10.347 millones (0,05% del PIB), el primero para un primer trimestre desde el año 2011. El gobierno logró, de este modo, sobre-cumplir en $12.659 millones la meta acordada con el FMI, la cual luego de aplicar los ajustes correspondientes a los mayores gastos sociales había quedado establecida en un déficit de $2.312 millones.

Por otro lado, en marzo, la balanza comercial volvió a arrojar un saldo positivo, el séptimo consecutivo, en esta oportunidad de USD 1.183 millones, acumulando un superávit de USD 2.015 millones en el primer trimestre, en comparación con un déficit de USD 2.373 millones en el mismo período de 2018. En línea con estas cifras, los datos del balance cambiario de marzo reflejaron un nuevo superávit en la Cuenta Corriente. Este sumó USD 245 millones, comparando con un saldo negativo de USD 1.689 millones en el mismo mes de 2018. El comercio de bienes volvió a presentar un resultado superavitario (USD 1.124 millones), al tiempo que el balance por servicios continuó mejorando, sobre la base de una menor demanda de divisas vinculada al turismo en el exterior.

A pesar de estos avances, los recientes datos de inflación dan cuenta de las dificultades que entraña el proceso de estabilización de las variables nominales, más aún luego de un ajuste en la paridad cambiaria como el que se verificó en el último año, sumado a la volatilidad reciente. En vista de esto, más allá de la actual configuración de las políticas fiscal y monetaria, orientadas a combatir las causas estructurales de la inflación, desde el gobierno se anunciaron una serie de medidas de carácter económico y social con el objetivo de aliviar los efectos de la suba de precios sobre los sectores más vulnerables, destacándose el congelamiento de los precios de una canasta de productos básicos (mayormente alimentos) por un plazo de 6 meses, junto con la decisión de no disponer más aumentos de tarifas en electricidad, gas y transporte público en lo que resta del año, entre otras medidas.

En suma, en un marco en el que la economía se encuentra en camino de corregir sus desequilibrios en los frentes fiscal y externo, atacando las vulnerabilidades que estuvieron en el origen de los movimientos cambiarios ocurridos en 2018, la incertidumbre asociada al proceso electoral (y al rumbo que adoptará la política económica el próximo año) tiende a incidir de manera creciente en la evolución actual de las variables financieras, tal cual lo vislumbrado en la última semana.