Economía

Presupuesto 2020: ajuste, endeudamiento y futuro incierto


El Proyecto de Presupuesto Nacional 2020 plantea una política fiscal que continúa el sendero transitado durante 2018 y 2019; mantiene objetivos en línea con las sucesivas revisiones del programa con el FMI; y plantea una estrategia fiscal sostenida en la reducción del gasto, lo cual contrasta con las medidas tomadas durante 2019 que, además de recortes de gastos, apelaron a aumentos de ingreso para el fisco nacional.

 Estas son las principales conclusiones del documento “Presupuesto 2020: ajuste, endeudamiento y futuro incierto” elaborado por Martín Rapetti, Ricardo Carciofi y Pablo Carreras Mayer. El proyecto no contempla los impactos fiscales de las medidas decididas por el gobierno nacional durante agosto y septiembre. Luego de las PASO, el gobierno congeló las tarifas de gas, electricidad y el precio doméstico del petróleo (lo que afecta a las naftas) y quitó el IVA a ciertos alimentos hasta fin de año. También bonificó aportes personales y dio un adicional por hijo a los beneficiarios de la AUH y un bono especial para los empleados de la administración pública y las fuerzas armadas. Estas medidas cambian las proyecciones fiscales de este año y/o del próximo que figuran en el proyecto. “Estas medidas atentan contra el cumplimiento del 0,5 % de déficit primario previsto para 2019 y levantan un interrogante sobre las proyecciones de déficit para 2020 que exhibe el Proyecto de Presupuesto Nacional 2020”, sostiene el documento.

“Los desafíos fiscales y financieros de cara a 2020 difícilmente puedan enfrentarse sin un abordaje integral que permita la recuperación rápida de la economía para retomar luego un sendero de crecimiento. Volver a crecer es condición necesaria para cualquier programa que aspire a la sostenibilidad fiscal y financiera. Será prioritario entonces que el próximo gobierno de forma a un programa macroeconómico en el que se articulen las políticas fiscal, monetaria, cambiaria, financiera y de ingresos —un acuerdo de precios y salarios—, que cuente con el aval del FMI y que ofrezca una base sólida para el reperfilamiento de la deuda pública con los acreedores privados”, concluye el estudio.