Interna Scioli-Randazzo astilla al Grupo Esmeralda
El Grupo Esmeralda se desdobló en campaña y entró en etapa de definiciones. Los intendentes más cercanos a Daniel Scioli como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Mariano Cascallares (Almirante Brown) comenzaron a desmarcarse de sus colegas Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Eduardo «Bali» Bucca (Bolívar), alineados con Florencio Randazzo, quienes ayer optaron por hacer campaña para el exministro de Transporte en Zárate.
Si bien el peronismo bonaerense explora distintas alternativas en busca de la unidad, Insaurralde, Cascallares y Gray comenzaron a blanquear su apoyo a Scioli como precandidato, en un giro que promueve un acercamiento al Grupo Fénix de Fernando Espinoza y Verónica Magario (La Matanza). Este desprendimiento del Grupo Esmeralda difiere del subpelotón integrado por Katopodis, Zabaleta y «Bali» Bucca, embarcados ya explícitamente junto al Movimiento Evita en la precandidatura, tácita y por ahora imperceptible, de Florencio Randazzo.
La semana pasada surgieron los primeros indicios de esta división del Esmeralda. Gray recibió a Scioli en Esteban Echeverría e Insaurralde también difundió una foto junto al excandidato presidencial del FpV en Lomas de Zamora. En cambio, el sector más cercano a Randazzo, a cargo de Katopodis, Zabaleta y Bucca, emprendió una gira en soledad por las localidades de Azul y Las Flores. Ayer, estos tres intendentes se acoplaron en Zárate con el resto del armado de Randazzo en provincia de Buenos Aires. Junto al Movimiento Evita y a los gremios agrupados en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), de Oscar Romero (SMATA), llevaron la campaña tácita de Randazzo a una planta automotriz. Nuevamente faltaron Insaurralde, Gray y Cascallares.
La división del Esmeralda, más allá de Scioli -quien ayer fue abuelo- y Randazzo, revela también las pujas internas de los intendentes por quedarse con el ticket de candidato a gobernador 2019. Insaurralde apuesta a ocupar esa candidatura de la mano de Scioli. Katopodis apuesta a Randazzo y ya ventiló su intención de adquirir volumen político más allá de San Martín, tal vez en el próximo turno legislativo de octubre. El Esmeralda «R» cenó el jueves pasado con Joaquín de la Torre, ministro de Gobierno de María Eugenia Vidal. El asado se celebró en Hurlingham y tuvo a Zabaleta como anfitrión. A la mesa se sentaron otros promotores de la candidatura de Randazzo como Katopodis, Juan José Álvarez y José Eseverri, exintendente de Olavarría.
Randazzo pidió reunión con el bloque de senadores nacionales del FpV-PJ. Miguel Pichetto todavía no le dio turno. En la Cámara alta no confirman fecha ni realización del encuentro. El nuevo GPS político del titular del bloque FpV/PJ desató la ira de Sergio Massa. El tigrense atraviesa una minicrisis con Margarita Stolbizer. El jefe del Frente Renovador analiza en estos días presentarse como cabeza de lista de la boleta de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. El zigzag irrita a Stolbizer, quien, de acuerdo con la Carta Orgánica del GEN, no puede reelegir como diputada y se postulará para el Senado. Stolbizer le reclama a Massa que la acompañe en el binomio, de lo contrario no habría frente electoral entre el Frente Renovador y el GEN en octubre. El tigrense, por ahora, no le ofrece certezas. Tampoco la diputada resultó una ventaja competitiva para Massa, quien aspiraba a lograr un barniz institucional y de lucha contra la corrupción a partir de las denuncias de Margarita pero, sin embargo, la figura de la diputada actuó como un repelente de peronismos. Alberto Fernández y Héctor Daer, cabecilla de la fragmentada CGT, fueron los primeros en tomar distancia de Massa. El exjefe de Gabinete de Cristina de Kirchner incorporó a Diego Bossio como aliado. Ese movimiento pone al borde de la implosión al Bloque Justicialista que el extitular de Anses lidera junto a Romero, quien ya hace campaña a favor de Randazzo.
Pero tal vez el factor más determinante para esta dicotomía del Esmeralda es el nivel de apoyo que concentran Cristina de Kirchner, y Scioli, en la tercera sección electoral. Insaurralde no quiere someter la gobernabilidad de Lomas de Zamora a una presunta primaria entre Randazzo -que por ahora no despega en las encuestas- y la expresidente. Hoy el poskirchnerismo le brinda más garantías que el incipiente neorrandazzismo en la tercera sección. «Cristina va a jugar en las próximas elecciones, lo que no sabemos es si va a ser candidata», es el mantra que repite Juan Ignacio Ustarroz, intendente de Mercedes, integrante del Grupo Fénix y hermano de crianza de Eduardo «Wado» de Pedro. Esa afirmación se traduce en que, de no imprimir su nombre en la boleta, la expresidente definirá candidatos.
La campaña en la provincia de Buenos Aires exhibe una apatía que roza el paroxismo. A 9 semanas de la inscripción de candidaturas, no hay ningún nombre confirmado. Ni oficialista ni opositor. El colectivo de Gobierno Cambiemos plancha el clima electoral. El peronismo, esta vez, no tiene caja, ni nacional ni bonaerense. Sólo los intendentes tienen acceso a recursos de campaña, pero no tienen candidato.
Si Cristina se postula, la Casa Rosada sacará a jugar a un ministro/a. De lo contrario, le imprimirán baja intensidad con la figura de un intendente joven o del radical Facundo Manes. La otra opción para enfrentar a la expresidente es Elisa Carrió. Pero Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta la quieren de candidata por Capital Federal para bloquear las aspiraciones de Martín Lousteau. Lilita se encuentra en un retiro espiritual por Semana Santa y Pesaj. Volverá el Domingo de Resurrección en la Mesa de Mirtha Legrand.