Desafío 2017 de Vidal: candidaturas unificadas

Pasado vs. futuro. Con una fórmula simple que apunta a polarizar con el kirchnerismo, el oficialismo avanza en la provincia de Buenos Aires hacia un esquema de candidaturas únicas. El objetivo es unificar el caudal electoral de Cambiemos en el principal distrito electoral del país, evitar el costo de una doble campaña y, de paso, minimizar el fuego amigo de Elisa Carrió.

Si bien la Casa Rosada ya se resigna a armar primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en las provincias para definir candidatos con la UCR, principal socio político de Cambiemos, en la provincia de Buenos Aires se analiza unificar las listas de candidatos a senadores nacionales y diputados nacionales para lo que será una batalla contra al menos, dos expresiones del panperonismo: el Frente para la Victoria de Cristina de Kirchner y Daniel Scioli, y el Frente Renovador de Sergio Massa.

A la competitividad electoral que tiene el peronismo en Buenos Aires, Cambiemos debería sumarle el desgaste de una eventual PASO entre un candidato PRO (Jorge Macri, Esteban Bullrich o Facundo Manes) y la Coalición Cívica de Carrió. Ni el intendente de Vicente López, ni el ministro de Educación de la Nación, ni la mismísima Vidal están interesados en tener a Carrió como precandidata y adversaria en una PASO de Cambiemos.

Evitar presentar múltiples precandidatos en la PASO y bendecir a un único postulante en provincia de Buenos Aires concentraría todo el voto de Cambiemos y ayudaría al oficialismo a aparecer como «ganador» al menos en el domingo de las PASO. Se evitaría así la dispersión del voto de Cambiemos entre macristas, radicales y cívicos ante una eventual división del electorado PJ que debería distribuirse entre las listas del kirchnerismo residual, el massismo y alguna otra expresión silvestre del peronismo.

Eso significa que si Elisa Carrió confirma que será candidata por la provincia de Buenos Aires, la Casa Rosada saldrá a buscar una boleta donde la diputada de la Coalición Cívica pueda encabezar la lista, ya sea en la categoría senadores o diputados. En las mesas políticas del PRO insisten en que la campaña del próximo año estará a cargo de Vidal y que, más allá de quien sea el/la candidato/a de Cambiemos, el electorado bonaerense votará entre «el cambio» que inició Vidal o la continuidad de los últimos 30 años de gestiones del PJ.

Hoy Vidal mostrará un poco de peronismo en Necochea, tierra de Gerónimo «Momo» Venegas. La gobernadora y el jefe del sindicato de trabajadores rurales visitarán Puerto Quequén junto al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y al ministro de la Producción bonaerense, Joaquín de la Torre. Serán recibidos por el intendente local, el massista Facundo López, en una nueva señal de la «seducción» del macrismo sobre los jefes comunales del Frente Renovador en provincia de Buenos Aires.

El expediente Carrió es sensible y tiene un capítulo especial en Washington, la capital de Estados Unidos. El oficialismo sigue de cerca los movimientos de Martín Lousteau. «Si vuelve el año que viene y se presenta como candidato en Capital Federal, sería un desafío abierto contra el Presidente», murmuran en la Casa Rosada. En ese escenario, la presencia de Carrió como candidata en Capital Federal para restarle votos a Lousteau sería determinante para el Gobierno de Macri. Si Carrió, en cambio, logra «contener» al Embajador en Washington, estaría más cerca de la candidatura bonaerense.

Justamente Macri, Carrió y el radical Ernesto Sanz encabezarán mañana el lanzamiento de la Mesa Nacional del frente Cambiemos, en un acto en el que cada uno dará un discurso, inaugurando la escena electoral rumbo a 2017. Sanz sería candidato a diputado nacional por Mendoza y volvería así a la arena política explícita el próximo año.

Estos escenarios fueron parte de la jornada vespertina que el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, compartieron junto a Vidal y al vicegobernador, Daniel Salvador, en la localidad bonaerense de Chapadmalal.