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Congreso blindó balotaje en Asamblea con ánimos alterados

Sin definir los porcentajes finales de votos, la Asamblea Legislativa proclamó ayer las fórmulas de Daniel Scioli y Mauricio Macri para competir en el balotaje del 22 de noviembre. Fue un plenario atípico de los senadores y diputados nacionales. Con los palcos cerrados, sin presencia de ministros ni gobernadores, los legisladores se reunieron en el recinto de la Cámara baja con ánimos alterados: esta vez macristas y radicales lucían exultantes mientras que los kirchneristas, con caras largas, se abrazaban fraternamente y se deseaban fuerza para la segunda vuelta electoral.

El acta suscripta ayer por el Honorable Congreso de la Nación se plasmó en un proyecto de resolución de apenas dos artículos. «Artículo 1°: Proclamar a las fórmulas integradas por los ciudadanos Daniel Osvaldo Scioli y Carlos Alberto Zannini; y Mauricio Macri y Marta Gabriela Michetti como las dos más votadas y que, como consecuencia de los porcentajes obtenidos, corresponde que las mismas participen de la segunda vuelta electoral, a llevarse a cabo el 22 de noviembre de 2015 conforme lo establecido en el artículo 96 de la Constitución Nacional». El artículo 2° es de forma y comunica la disposición al Poder Ejecutivo Nacional, a la Cámara Electoral Nacional y a los apoderados de las agrupaciones políticas.

La Asamblea Legislativa, que reúne al total de senadores y diputados nacionales, comenzó pasadas las 11.30 de la mañana. La previa fue tensa para el bloque del Frente para la Victoria, que se reunió a puertas cerradas y con disidencias internas. Los legisladores de Salta y Jujuy, que responden al peronista ganador Juan Manuel Urtubey y al peronista saliente Eduardo Fellner, se negaban a votar las designaciones de Julián Álvarez y Juan Ignacio Forlón propuestas por el Gobierno nacional para la Auditoría General de la Nación. El secretario de Justicia y el director del Banco Nación, ambos caciques de la ultrakirchnerista La Cámpora, debieron superar la resistencia de un pelotón de diputados del FpV: fuego amigo, en el glosario de Aníbal Fernández. Incluso mientras Forlón buscaba un cargo a partir de diciembre, los trabajadores del Banco Nación estaban de paro, con las sucursales sin atención al público, en reclamo contra el Impuesto a las Ganancias.

Fue Julián Domínguez quien, a puertas cerradas, logró el apoyo unánime del bloque FpV, incluso de los salteños y los jujeños. «Las propuestas de cargos vienen de la Casa Rosada, actúen en consecuencia», fue la sentencia del presidente de la Cámara de Diputados. Por la mañana temprano, Urtubey había dado alguna pista de la incipiente disidencia salteña cuando aclaró que no compartía el tono de la campaña presidencial de Daniel Scioli, en referencia tácita a la supuesta «campaña del miedo«.

Con la presencia del Director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, y del presidente y vice de la Cámara Nacional Electoral (CNE), Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía, se dio inicio a la Asamblea Legislativa que proclamó a Scioli y Macri como adversarios del balotaje. Tibiamente, sin efusividad, el bloque FpV canturreaba a destiempo «Se siente, se siente, Scioli presidente». Estoico, Domínguez sonreía en el estrado. Los palcos no sólo estaban vacíos, estaban cerrados. Un escenario contrapuesto a las jornadas festivas del kirchnerismo cuando La Cámpora copaba los balcones.

El diputado Leonardo Grosso, del Movimiento Evita, se abrazaba en los pasillos a los hombros del senador Juan Manuel Abal Medina: «Ahora hay que dar la pelea más que nunca». Abal Medina le sonreía sin mirarlo. Y asentía. Después fue Abal Medina quien metió un pique corto pero en otra dirección, para alcanzar a Diego Santilli: «Santilli, Santilli, pará de rosquear vos». El vicejefe porteño del PRO apenas lo miró de reojo y siguió su camino junto a otros macristas.

Otro diputado PRO, Christian Gribaudo, jefe de campaña de Daniel Angelici, conversó con el radical Héctor «Cachi» Gutiérrez, el exintendente radical de Saladillo que también está cerca del presidente de Boca Jrs.

En el recinto, la guardia del macrismo estuvo a cargo de Soledad Martínez, diputada bonaerense, una de las pocas que no se despegó de su banca y, luego de la Asamblea Legislativa, mientras los legisladores aprovechaban para almorzar o sacarse fotos con los nuevos bustos de Néstor Kirchner y Raúl Alfonsín, se quedó trabajando a la espera del inicio de la sesión.

La Asamblea, presidida por el vicepresidente, Amado Boudou, dejó constancia de que «ninguna de las fórmulas ha obtenido» el 45 por ciento de los votos ni el 40 con más de 10 puntos de diferencia y que, en consecuencia, deberán competir en segunda vuelta las dos más votadas. Acto seguido, se conformó una comisión especial integrada por los senadores Abal Medina, Pablo González (FpV); Mario Cimadevilla (UCR); Rubén Giustiniani (Socialismo); Santilli (PRO) y Graciela di Perna (Peronismo Federal) y los diputados Mariela Ortiz, Juan Mario País, Jorge Landau (FpV); Jorge D Agostino (UCR); Pablo Tonelli (PRO) y Alberto Asseff (Frente Renovador).

Ahora las dos fórmulas más votadas tienen un plazo de cinco días para «ratificar por escrito ante la Junta Electoral Nacional de la Capital Federal su decisión de presentarse a la segunda vuelta» y «si una de ellas no lo hiciera, será proclamada electa la otra».

La última vez que se reunió la Asamblea Legislativa para ratificar un balotaje fue el 9 de mayo de 2003, cuando proclamó las fórmulas Carlos Menem-Juan Carlos Romero y Néstor Kirchner-Daniel Scioli para la elección que debía realizarse el 18 de mayo. Esa segunda vuelta no ocurrió ya que el riojano declinó su candidatura pese a haber sido el más votado en la primera vuelta.